El bizcocho sin horno es una excelente alternativa para quienes no cuentan con este artefacto, se les ha estropeado, están en épocas de calor o desean experimentar otras alternativas para esta deliciosa preparación. El bizcocho es uno de los tipos de masas esponjosas que se suele emplear en repostería, funciona para rellenarlo y hacer diversidad de tartas, aunque también lo puedes comer acompañado de un café o algún té.
La diferencia entre un bizcocho al horno y uno sin él
Aunque sea perfecta esta solución del bizcocho sin horno, y nos puede sacar más de un apuro este ingenioso invento. Realizarlo en el horno es mucho más fácil que sin él, considerando que podemos controlar la temperatura de manera más sencilla.
La temperatura de las estufas es diferente en cada casa, por tal razón para obtener un buen resultado será necesario realizar varias pruebas, así como conseguir una cazuela ideal para esta preparación, tomando en cuenta que según el material, la cocción del bizcocho podría variar el tiempo en el que se realice.
Ingredientes:
- 120 gramos de harina de trigo.
- 4 huevos.
- 1 sobre de 8 gramos de azúcar de vainilla.
- 100 – 120 gramos de azúcar (o al gusto).
- 1 pizca de sal.
Elaboración:
Lo primero que deberán realizar es, tomar una cazuela de de unos 20 o 24 centímetros de diámetro y untarle mantequilla por dentro, tanto en el fondo como a las paredes. Colocar en el fondo de la cazuela un papel para hornear, esto evitará que el bizcocho se pegue al fondo.
En un bol de cocina agregar los huevos, una pizca de sal, el azúcar y el azúcar de vainilla (también podrán sustituirla por esencia de vainilla o algún otro aromatizante que les guste o tengan en casa). El siguiente paso será mezclar todo con una batidora en su máxima potencia hasta que quede espeso y espumoso.
Batir esta mezcla podrá demorar alrededor de 10 minutos, sabremos que está lista cuando al levantar la batidora, la mezcla tarda en caer. Luego agregaremos la harina tamizada (podrás hacer uso de un colador para generar este efecto, lo que ayudará a no crear grumos de harina en la mezcla).
Podrán utilizar perfectamente harina todo uso, al agregarla tamizada al resto de la mezcla debemos remover con movimientos envolventes, de arriba hacia abajo. Realizaremos esto hasta obtener una masa homogénea y sin grumos. Considere no dejar grumos, porque en el resultado conseguirá masas desagradables de harina.
Realizar esta mezcla de forma manual, sin ninguna prisa es vital, pero sobretodo con mucha delicadeza; de esta manera tendremos un mejor resultado. Esta masa ahora la verteremos en la cazuela, sin que ocupe más de la mitad del espacio de la cazuela, de esta forma el bizcocho tendrá el espacio suficiente para crecer.
Una vez hayamos agregado la mezcla en la cacerola, debemos darle pequeños golpes para que no quede aire en ella. Luego de ello, lo cubriremos con un paño y seguido de ello, con una tapa. El paño absorberá todo el vapor que el bizcocho soltará al cocerse, de esta manera no se mojará con la humedad en la superficie.
La cocción del bizcocho
Debemos colocar la cazuela a fuego mínimo y cocerlo durante treinta minutos, luego de este tiempo podremos ir observando qué tal va su proceso. Inmediatamente después de este tiempo, podemos levantar la tapa y observar cómo va, si es necesario dejarlo más, déjelo al menos diez o quince minutos adicionales.
Es posible que después de este tiempo adicional, sea incluso necesario dejarlo un poco más, podemos hacer algunos movimientos para saber si aún le falta cocción. Si se mueve, será necesaria más cocción. Si observamos algunas burbujas, es muy buena señal. Por lo general, colocar un bizcocho a fuego lento demora una hora y veinte minutos, lo ideal es mantenerse al tanto de su proceso de cocción.
Para, finalmente, desmontarlo, usaremos un cuchillo para pasarlo por los bordes y colocar el bizcocho sobre alguna rejilla o plato, retiramos el papel y dejamos enfriar. Listo, podrán disfrutar de un esponjoso y delicioso bizcocho sin horno.
