Seguramente sabes que la dieta Keto es famosa por permitir comer alimentos ricos en grasa sin preocuparse tanto por las calorías. Ya que alimentos como queso, mantequilla, tocino, filetes jugosos y hasta hamburguesas (sin pan, claro) están permitidos en esta dieta. Suena demasiado bueno para ser verdad, ¿no?
Pero, ¿qué tan saludable es realmente? Aunque muchas personas la han convertido en su estilo de vida, la comunidad médica no está tan convencida de que sea la mejor opción a largo plazo. De hecho, la Asociación Americana del Corazón (AHA) la ha clasificado entre las dietas menos recomendadas.
Así que en este artículo te queremos explicar qué es la dieta keto, cómo funciona y cuáles son sus posibles riesgos. De esta forma tendrás un poco más claro cuáles son todos los efectos que esta dieta puede tener en nuestra salud.
¿Cómo funciona la dieta keto?
El principio de la dieta cetogénica es bastante simple: consumir muy pocos carbohidratos y muchas grasas. Para que te hagas una idea, en una alimentación normal, los carbohidratos representan entre el 45% y 65% de las calorías diarias. Mientras que en la dieta keto, este porcentaje se reduce a menos del 10%.
¿Y qué pasa cuando el cuerpo se queda sin carbohidratos? Bueno, en lugar de obtener energía de la glucosa, el organismo entra en un estado llamado cetosis, en el que empieza a descomponer la grasa para generar cetonas, una fuente de energía alternativa.
Este cambio puede provocar una pérdida de peso rápida, lo que hace que muchas personas se sientan motivadas a seguirla. Pero aquí es donde viene la otra cara de la moneda, ya que no todo es tan perfecto como parece.
¿La dieta Keto realmente es saludable?
La dieta keto ha generado mucha controversia, principalmente porque elimina o restringe varios grupos de alimentos que son esenciales para la salud.
Según la Asociación Americana del Corazón, esta dieta no es la mejor opción para el corazón, ya que promueve el consumo de grasas saturadas, las cuales pueden aumentar el colesterol y, a largo plazo, incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Ahora vamos a repasar algunos de los aspectos más preocupantes de esta dieta:
Deficiencia de fibra y antioxidantes
Al reducir drásticamente el consumo de frutas, verduras y cereales integrales, se pierden muchas vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para el cuerpo. Además, la fibra, que es muy importante para la salud digestiva, prácticamente desaparece en esta dieta.
Aumento del colesterol
Varios estudios han mostrado que, a corto plazo, la dieta keto puede elevar los niveles de colesterol LDL ("malo"). Esto es preocupante porque el colesterol alto es un factor de riesgo clave para enfermedades del corazón.
Posibles riesgos a largo plazo
Aunque muchas personas han seguido la dieta keto sin problemas durante meses o incluso años, aún no hay estudios concluyentes sobre sus efectos a largo plazo.
Los expertos temen que, debido a la falta de ciertos nutrientes esenciales, podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, digestivas e incluso algunos tipos de cáncer.
Es difícil de mantener
La dieta cetogénica es bastante restrictiva, lo que hace que muchas personas la abandonen después de un tiempo. Al volver a una alimentación normal, el peso perdido suele recuperarse rápidamente.
¿Existe una forma saludable de seguir la dieta keto?
A pesar de sus desventajas, hay maneras de hacerla un poco más saludable. Por ejemplo, en lugar de basar la dieta en carnes procesadas y lácteos altos en grasa, se pueden elegir fuentes de grasa más saludables, como:
- Aguacates
- Frutos secos y semillas
- Aceite de oliva extra virgen
- Pescados grasos como el salmón y la sardina
El problema es que muchos de estos alimentos también contienen carbohidratos, lo que hace que seguir una versión "saludable" de la dieta keto sea todavía más complicado.
¿Vale la pena seguir la dieta keto?
La dieta cetogénica puede ser efectiva para bajar de peso a corto plazo, pero sus posibles riesgos la convierten en una opción poco recomendable para muchas personas.
Si decides probarla, es importante que consultes con un profesional de la salud para asegurarte de que estás obteniendo los nutrientes necesarios y no comprometiendo tu bienestar.
Al final del día, la clave para una alimentación saludable no está en eliminar por completo ciertos grupos de alimentos, sino en encontrar un equilibrio que puedas mantener a largo plazo.




